Chasing rabbits
Una tarde nublada en Villa Gesell, iba por la Av. 3 volviendo al departamento, cuando vi una vidriera de cosas vintage. De afuera se podía ver que algunas prendas de ropa eran usadas y otras parecían nuevas, así que entré a curiosear. La dueña del local, una señora rubia de unos sesenta largos, estaba sentada detrás del mostrador y escribía algo con tanta atención que ni levantó la cabeza para saber quién había entrado a su negocio. —Linda, chusmeá tranquila y me avisas. —me dijo— pero siguió sin levantar la vista para ver quién era. Debo admitir que me causó simpatía su manera de ser y quise quedarme un rato más. Una segunda mujer sale de unas cortinas de plástico y se ubica al lado de la señora rubia a mirar lo que escribía. — ¿Y? ¿Ya armaste tu lista? — le preguntó — . — Sí, la estoy haciendo pero no la podes leer —dijo, mientras tapaba con la otra mano lo que escribía — . —Qué mala, ¿Por qué no?. — Es personal, Silvia. Yo intentaba concentrarme en lo mío y mirar esos vestid